miércoles, 29 de abril de 2009

Mundos paralelos y... Bach


El despertador ha sonado a las 7:00 A. M.

He dado un salto, como si me empujase una catapulta hacia el día de hoy.

¡Tengo ganas de vivir!

Aunque... tengo que decidir que "oficio" voy a llevar a cabo.

Cada día soy algo diferente, porque me niego a encasillarme...

Entiendo que hay cosas que hago mejor que otras pero me aburre hacer siempre lo mismo...

Todo el mundo sabe hacer muchas cosas bien pero solo se dedican a una

¿?

En "mi mundo", - HOY-, no existe el dinero, bueno... si existe pero no hay que trabajar tanto para conseguirlo.

Para vivir dignamente no es necesario trabajar ocho horas al día como poco.

He decidido endulzar la vida a la gente y voy a hacer bombones de chocolate negro y blanco,  y voy a venderlos para tener algo de dinero, pero no quiero perder tiempo pensando en como conseguir pasta para vivir o para viajar. En este "mundo paralelo" no me interesa dedicar ni un minuto a pensar en eso, ¡ya he perdido bastante tiempo en el mundo real!

***

Voy a bañarme.

Me encanta meter la cabeza debajo del agua caliente, sin respirar, aguantando todo lo que pueda...

Utilizo un jabón de color rosa que no pica los ojos, y mientras, escucho a Bach.

¡Me encanta lo clásico! (al menos en música...)

Pretendo colarme en la Alemania del siglo XVII a través de "La sonata nº 2".

Bach, se queda alucinado cuando me presento ante él con vaqueros, y una camiseta ajustada con su careto, pero flipa más cuando le enseño mi mp3 (si llega a ser un iPod... se vuelve muere otra vez...)

Se lo regalo y vuelvo al agua.

Un día estuve 2 horas dentro de la bañera y la piel se me arrugo como la de un elefante.

Hoy solo estaré 40 minutos...



lunes, 6 de abril de 2009

Mis amores...

Miércoles, 20 de Febrero, 21:00 horas.
 Hotel Rossini, habitación 223. 
No faltes, te espero...

Pensé que era una broma de mis "simpáticos" compañeros de la redacción del periódico en el que trabajo.

Tenía que cubrir la información de los Juegos pre-olimpicos de Imperia de la selección española femenina de Waterpolo y salía para la Riviera italiana en un par de días. Era una cita importante, se repartían las últimas cuatro plazas para los Juegos de Pekín 2008 y era la corresponsal de varios medios de comunicación, así que no tendría mucho tiempo libre, en la semana de estancia, ya que continuamente me estarían llamando de los diferentes canales y emisoras, para dar una crónica de los resultados que nuestras chicas fueran obteniendo.

Encendí mi móvil cuando aterrizamos, y sonó un SMS:

No te olvides, esta noche, habitación 223. 
No te arrepentirás...

Llamé inmediatamente al móvil remitente , con la intención de que mis compañeros dejasen de vacilarme, pero escuché la locución:

"Il numero segnato n'est non operativo a l'heure attuale."

Lo intenté varias veces a lo largo del día, con el mismo resultado.

Mi habitación en el hotel Rossini, estaba en la 5ª planta. Desde mi habitación, marqué el 223, tenía la corazonada que un colega respondería y ahí acabaría la broma, pero nadie respondió...

Tomé una ducha y me cambié de ropa para bajar a cenar, mañana tenía que estar en la piscina a las 8 de la mañana, para conseguir el pase de prensa y mi acreditación, y quería colocarme en un buen sitio. Necesitaba acostarme temprano. Subí al ascensor, y como si un resorte invisible me impulsara, toqué el botón del piso 2º... Eran la 8.30 de la tarde, faltaba media hora para "la cita..."

El ascensor se detuvo, me dirigí a la habitación 223. Era la última, al final del pasillo. Cuando me coloqué delante y me dispuse a llamar, la puerta estaba abierta...

-Hola! ¿hay alguién?


Nadie contestó, insistí y al no hallar respuesta, tuve el impulso de traspasar el umbral. Sonaba una melodía preciosa: "Wanderer-Fantasie de Schubert". La habitación, estaba llena de velas encendidas y ramos de lilas por todas partes. En la mesilla una botella de vino tinto de 1.964 y dos copas de cristal azul marino. Sobre la cama, un precioso camisón de encaje blanco y una nota;


Es para ti. Póntelo, por favor. 
Túmbate y cierra los ojos...

Salí de la habitación, con el corazón latiéndome a cien... 
Subí los tres pisos que me separaban de mi habitación y me desplome sobre una butaca. ¡Tenía vértigo!, pero la curiosidad podía conmigo... ¿Y si era un psicópata? Pero ¿cómo sabía que estaría en el hotel Rossini? ¿Y el vino, las lilas, la pieza de Schubert ? Sin ninguna duda, ¡me conocía!, sabía con todo lujo de detalles mis gustos...

Finalmente me decidí y entré en la habitación 223.

Estaba sentado en la cama, de espaldas y sujetaba en la mano un pequeño caimán de peluche. Lo reconocí al instante, ¡no había cambiado NADA!

- ¿Luís...?

Se volvió. La cara pecosa y su pelo rojo, brillaban con intensidad a la tenue luz de las velas.

-¿Qué haces aquí? ¡Qué sorpresa tan agradable!

-Te echaba de menos...

-Pero ¿cuánto tiempo...?

- 21 años.

-¡Estás igual, parece que tuvieses 18 o 20 años!

-Tú en cambio, estás más guapa todavía. Te traje el caimán donde metías la cabeza cuando te dolía la muela ¿te acuerdas...?

-Claro ! cariño!

Su boca se acercó a la mía y un cálido beso me transportó a mi adolescencia... ¡mi primer amor!
-.-.-.-.-.-

Cuando abrí los ojos, vi a un hombre alto, de pelo canoso que se acercaba con dos copas en la mano:

-¿Manu? ¿éres tú?

-Hola princesa... me alegro de verte, desde que me marché a Estados Unidos... 

- Pero, ¿Qué haces aquí?

-Es un viaje de trabajo. Volví a Europa hace una semana. No quería irme sin tomar una copa de vino contigo. Nuestro vino ¿te acuerdas? Cuando estábamos en tercero en la facultad, me gasté mi paga de un mes en comprarlo para que te dieras cuenta de que existía...

-Claro, y lo conseguiste, pero me rompiste el corazón aceptando esa corresponsalía en Denver cuando mejor estábamos...

-Bueno, he venido a que me perdones y te he traído un regalo...

Acercó el precioso camisón de encaje blanco y lo puso sobre mi.

-Póntelo por favor.

-.-.-.-.-.-.-

Cuando volví del cuarto de baño me estaba esperando bajo las sabanas. Al deslizarme debajo, noté una cálida respiración y un aroma muy familiar...

-¿Javier?

-Si cariño, perdona, me he dormido, has tardado mucho...


El hombre al que amaba y que ocupaba mi corazón desde hacía más de veinte años, dormía plácidamente a mi lado...

El sonido del despertador, me sobresaltó. Abrí los ojos y reconocí mi casa. Todo estaba en su sitio, como siempre. Javier se despertó.

-Buenos días, Milady. Vamos, te llevo al aeropuerto y desayunamos de camino.

-No, no te preocupes, tomaré un taxi, no quiero entretenerte, se que hoy tienes un día complicado.

-Voy a echarte mucho de menos ésta semana, más vale que al menos, las chicas del waterpolo, consigan la plaza ... Una semana sin ti, va a ser eterna...







martes, 10 de marzo de 2009

Viaje a 1.983...

No se como he llegado hasta aquí, pero estoy "atrapada en un recuerdo..."

Es muy extraño, pero hace mucho tiempo que viví esto y me siento rara... Sé lo que ha pasado después de todo este tiempo, y no es precisamente un "Happy Ending" 

Me miro al espejo y veo casi a una niña. Tengo el pelo largo, y mi ropa es demasiado formal, pero lo que mas me llama la atención, ¡es el brillo de mis ojos! unos ojos ingenuos y llenos de confianza. Al darme la vuelta, veo que mis manos están arrugadas y que a pesar de haber pasado casi 25 años, mantengo la ingenuidad de la niña del espejo, aunque ahora vista una camiseta más ajustada y una serenidad que antes no tenía.

Cuando suena el portero automático, me da un vuelco el corazón. Vuelvo a mirarme en el espejo y veo a la niña de 1.983, supongo que esa es la imagen que verá él...

-¡Hola princesa!

-¿Hola...?


Se acerca a mi boca y me besa despacio y lleno de deseo. Respondo a su beso, de forma sorprendente para mi; ¡es como si no hubiese pasado el tiempo y el corazón me va a cien!.

-¿Nos vamos?

-¿Dónde?

-¿Como qué dónde? Quedamos en ir al cine a ver "Bajo el fuego", has estado insistiendo en que vayamos desde hace semanas !  y no tengo ni idea de qué va esa película, pues tú no eres de películas de tiros...


Es extraño, es la primera vez en mi vida que sé como acaba la película antes de verla, y me doy cuenta que ha sido una película que marcará el resto de mi vida, además de -ser profética...-

-Va de tres periodistas y se desarrolla en Nicaragua durante el régimen Sandinista, es un triángulo amoroso.


-¿Sigues con la manía de ser corresponsal de guerra, solo para fastidiar a tu madre?

Le miro, con compasión... ¡Hay tantas cosas que te empujan a tomar decisiones y que marcan tu vida para siempre!

¡Si él supiera...!

-Hoy estás diferente, te siento en otra parte, ¿Estás bien?

-Si, no te preocupes, me cambio de ropa y nos vamos.
Voy a mi habitación abro el armario y veo una colección primavera-verano del 83, que da absolutamente PÁNICO. No hay nada salvable...

-Vámonos.-

-¿Pero no ibas a cambiarte?

-Es igual, no tengo nada mejor que lo que llevo puesto.

-Pues yo te veo genial, pero si quieres, te lo quito todo ahora mismo... 

Recuerdo la pasión que nos desbordaba en esos años, luego NUNCA la he conseguido recuperar con nadie... No se cuanto tiempo voy a estar en "el recuerdo" y me gustaría volver a sentirla...

-Tenemos una hora hasta que esta casa se llene de gente, así que no perdemos el tiempo.

Lo mejor de él, es que NUNCA pensaba en su propio placer, siempre esperaba a que yo no pudiera mas... entonces se dejaba hacer por mi. Pero ahora, es difícil, después de mas de veinticinco años, ya no soy tan paciente y quiero devorármelo yo primero... Él intenta pararme pero insisto, hasta que se da por vencido. Le beso todo el cuerpo, su piel es muy blanca y muy suave, casi no recordaba ese tacto, pero a la vez es como si lo hubiese tocado todos los días de mi vida... Huele a "Petit Cherie" y ese aroma llega hasta lo más profundo de mi alma, trayendo a mi memoria cientos de recuerdos... Le beso durante varios minutos, él nunca se cansaba de besar. Recuerdo que era habitual que nos besásemos toda la tarde y no decíamos ni una sola palabra. Finalmente, me subo encima de él.

Sus ojos me miran extrañados pero llenos de admiración.¡Mierda!, ¡ya nunca volverá a ser como antes! No puedo dejar de comportarme con la experiencia de los 25 años que me separan de este momento!

-Ey princesa: ¡cásate conmigo!

-¡Estas loco!, eres menor de edad... 

 Me tumbo a su lado y dejo que haga conmigo, lo que quiera...

Cuando abro los ojos estoy conduciendo, mi hijo no deja de darme la chapa con que quiere la Ds de Nintendo, tengo que dejarle en el colegio, irme a trabajar, hacer la compra... y no puedo remediar ponerme a llorar porque NUNCA más tendré diecinueve años...





¿Quién soy...?

En mi mundo paralelo, mi "otro yo" es muy JASP.

Vivo en el centro de la mejor ciudad.

Es una casa pequeña, antigua llena de libros desde el suelo hasta el techo menos una pared que es de cristal y no tiene cortinas. Tiene chimenea pero a cambio se "sacrifico" la antena colectiva, por lo que estoy ¿condenada? a no ver la televisión, pero tengo una pantalla ENORME para ver las 1.584 películas en DVD cuidadosamente ordenadas (suena viejuno, pero es lo que tienen los mundos paralelos)

Vivo sola y ¡me encanta!, tengo una cama gigante y una cocina pequeña.

A veces me levanto "guapísima". Me miro al espejo y decido ser modelo, -seguramente desfilaré en Milan esta tarde...-, pero otras veces , me levanto y el cuerpo -me queda grande-, me sobra, y decido quedarme todo el día "escondida" delante de la pantalla.

Hoy me he asomado a la ventana, y he visto un día precioso: niebla, llovizna y a la gente corriendo para refugiarse (lo que no se es de qué o de quién... porque mojarse con la lluvia es el mejor detox para el alma)


He decidido salir a empaparme. Me he vestido con una minifalda de pana pasada de moda, unas botas de pelo rojas y un abrigo de piel, que cuando se empape, va a pesar una tonelada, pero como estoy tan delgada, no me importa. Ser delgada en mi mundo paralelo, ¡no cuesta NADA!, no tengo que dejar de comer pizza ni hamburguesas, no me mato en el gym, no necesito correr 10 Km diarios, me mantengo en forma haciendo única y exclusivamente N-A-D-A.

Tampoco necesito cremas para las arrugas, porque no voy a envejecer y si al final decido hacerlo, será con dignidad, al menos en este mundo paralelo donde las personas son benévolas consigo mismas, y nadie juzga a nadie...